COMPLEJO MONUMENTAL DE SANTA FE. TOLEDO

 

COMPLEJO MONUMENTAL DE SANTA FE
TOLEDO

Alfarje





COMPLEJO DE SANTA FE

El complejo Monumental del Santa Fe, situado en un lugar estratégico del cerro toledano dominando la vega del Tajo y con poblamiento atestiguado desde época prehistórica, es clave para entender la historia medieval y moderna de la ciudad de Toledo. Conserva  parte de la muralla de su ciudadela islámica (s. X) a la que más tarde se adosaría el palacio del gobernante de la Taifa toledana. Parte de sus restos se conservan baja esta sala y su esplendor se refleja en sus arcos decorados y en la Capilla de belén. Tras la conquista, en 1085, estos terrenos se integran en los llamados Palacios de Galiana en los que vivirán los primeros reyes cristianos de Toledo. Allí nacerá Alfonso X en 1221. El rey Alfonso VIII entregará los terrenos a la Orden de los Calatravos, que construyen la Iglesia de Santa Fe que da nombre al complejo (s. XIII). 

Tras una breve estancia de la Orden conventual de la Concepción Franciscana, propulsora del espectacular alfarje1 que da nombre a esta sala, la reina Isabel de Castilla otorgó los terrenos a la Orden de los Comendadoras de Santiago (1503). 

Durante más de cuatro siglos de ocupación transformaron el inmueble para sus necesidades monacales y proyectaron la Iglesia de Santiago. En 1943 venderán el convento a las Ursulinas convirtiéndose en Liceo femenino, función que se mantuvo hasta que el Estado lo adquirió en 1973. Entre 1999 y 2006 se llevaron a cabo obras de rehabilitación como ampliación del Museo de Santa Cruz.

1Alfarje=Techo con maderas labradas y entrelazadas artísticamente, dispuesto o no para pisar encima.


COLECCIÓN ROBERTO POLO

La colección Roberto Polo. Centro de Arte moderno y Contemporáneo de Castilla-La Mancha es una iniciativa del Gobierno de esta Comunidad Autónoma. Inaugurada el 27 de marzo de 2019, es regida por la Fundación Colección Roberto Polo, una institución de interés público que tiene también como finalidad establecer residencias para artistas e historiadores del arte, así como estudios. Este museo es uno de los pocos que existen en el mundo creados por un Gobierno para albergar una colección privada. Está instalada en dos ciudades declaradas Patrimonio Histórico Mundial por la UNESCO: el edificio que acoge su colección permanente en Toledo es el antiguo convento de Santa Fe, construido entre los siglos IX y XVI;  en Cuenca, otra parte de la colección se instalará en 2023 en el castillo de la ciudad, del siglo X. los edificios que son sede del museo tienen asimismo la consideración de Monumento Nacional.

La colección permanente del museo está formada por obras de artistas de las vanguardias históricas del norte, centro y este de Europa, junto con una buena muestra de producción de creadores contemporáneos europeos y estadounidenses. Reúne obras de 163 artistas; entre ellos hay tanto firmas célebres como visionarios. Entre otros muchos, destacan nombres como Schmidt-Rottluff, Pechstein, Kandinsky, etc. Lo que es todavía más importante, puesto que un museo tiene también un papel pedagógico, la colección rebelará una larga serie de nombres menos conocidos pero fundamentales: Joostens, Donas, Peeters, Flouquet, Servrackx, Maes, Eemans, etc.




EL TOLEDO OMEYA

Mezquita de Bab al.Mardum o del Cristo de la Luz. Toledo. Siglo X.
Con el establecimiento de los musulmanes en el 711 Toledo dejo de ser la capital del reino visigodo para convertirse en una ciudad más de al-Andalus bajo el nombre de Tulaytula. Durante el siglo IX, en la etapa del Emirato Independiente fue escenario de múltiples revueltas  pues los toledanos, posiblemente todavía conscientes de su anterior pasado, no se resignaban a vivir bajo el dominio que los omeyas imponían desde Córdoba. Entonces Toledo se convirtió en la cabecera militar de la Frontera Media y fue gradualmente adaptando su configuración urbanística a la de una sociedad islámica. En el siglo X, Abd al-Rahman III, como nuevo califa, sometería definitivamente a Toledo bajo su obediencia y la de sus sucesores. Para controlar a la población toledana mandó levantar una muralla que, a modo de ceñidor, delimitó un gran espacio (al-Hizam o Alficén) en el que se encuentra el actual edificio de Santa Fe.



LA MURALLA DEL ALFICÉN

En el año 932 Abderramán III, con el objetivo de controlar a la levantisca población de Toledo, mando construir en el cuadrante noreste del peñón toledano un amplio recinto fortificado que será conocido como el Al-Hizam (ceñidor) o Alficén. Se desconoce el auténtico trazado que tuvo aunque posiblemente lo que hizo fue ampliar un recinto militar levantando en época emiral. Al Aficén perteneció el tramo de muralla que todavía se conserva en la Sala del Alfarje de Santa Fe, construido de sillares y materiales reaprovechados de edificios romanos y visigodos. El elemento dominante del Alficén era el Alcázar, residencia de un gobernador y su tropa, desde cuya posición se controlaba todo el tráfico de gentes que entrasen en la ciudad por el puente de Alcántara. En ese gran espacio de abrupta caída al rio Tajo, se levantaba la iglesia de Santa maría del Alficén, que era la iglesia episcopal de los mozárabes toledanos. En el siglo XI, en el ángulo noroeste al-Ma´mún mandó levantar su suntuosa residencia palatina, desde la cual podía contemplar la zona de la vega del Tajo en la que se había construido una almunia rodeada  de un gran jardín botánico.



LA TAIFA DE TOLEDO

El reino taifa de Toledo surgió hacia 1030, tras la desaparición del Califato de Córdoba. Una familia de la élite local de origen bereber, los Du I-Nun, se convirtió en la dinastía gobernante, sucediéndose tres reyes: Ism´il al-Zafir, su hijo al-Ma´muñ y el nieto de éste, al´Qadir. 

El siglo XI fue el momento de mayor esplendor del Toledo andalusí, como lo indican las descripciones de los autores árabe y los restos de este palacio, que fue famoso por sus extraordinarios salones. La riqueza cultural y artística de la taifa se nutrió de la rica herencia califal (como la producción de objetos de marfil en los talleres regios) y de nuevas ideas, formas y técnicas, muchas importadas de otros lugares del Islam como Túnez, Egipto, Siria e Iraq. 

La ampliación de dos mezquitas urbanas y la reparación de los aljibes de la mezquita mayor indican asimismo el crecimiento de la ciudad. Sin embargo, la fragilidad político-militar de las Taifas y su debilidad frente a la amenaza de los reinos cristianos condujo a su desaparición. En 1085 Alfonso VI conquistó Toledo.




LA CONQUISTA DE TOLEDO

En el mes de mayo del año 1085, tras haber pactado con al-Qadir, último rey de la taifa toledana, Alfonso VI entró en Toledo, dando así fin a los casi cuatro siglos que había durado la etapa islámica de la ciudad. La antigua capital de la monarquía visigoda y la sede primada de la iglesia hispana volvía a manos cristianas, lo que significaba un gran triunfo para una Iglesia entonces en un momento de gran expansión. Pronto se pusieron las bases para organizar el nuevo tejido social que se iba a vertebrar en la ciudad y que garantizasen una buena convivencia entre los distintos grupos.

En Toledo siguieron viviendo musulmanes (mudéjares), cristianos (mozárabes) y judíos, a los que se añadieron otros cristianos que llegaron de afuera (castellanos y francos), lo que hizo de Toledo una ciudad cosmopolita en la que el árabe todavía se siguió hablando durante bastante tiempo.


EL ALFARJE DE LAS CONCEPCIONISTAS

Se trata de un magnífico ejemplo de carpintería de armar española, conocida con el nombre de alfarje al tratarse de una armadura plana. Pertenece al breve periodo de tiempo (1484-1502) en el que las monjas concepcionistas ocupan el convento de Santa Fe, entre la salida de los caballeros de la Orden de Calatrava y la llegada de las monjas comendadoras de Santiago. Se sustenta sobre el arrocabe, o parte superior de los muros, donde se insertan las vigas maestras o jacenas que a su vez apoyan en grandes ménsulas o canes. Sobre las jacenas se disponen unas vigas menores denominadas jaldetas, que a su vez sirven de apoyo a la tablazón que cierra la armadura. Toda ella cuenta con una rica decoración policromada de escudos y motivos vegetales u hojarascas típicas del tardogótico. Dichos escudos (leones rampantes, flores de lis, cuartelados con quinas portuguesas y flores) remiten a Beatriz de Silva y Meneses fundadora de la orden de la Concepción Franciscana, a la cual también se alude mediante la presencia de escudos con las cinco llagas de Santa Francisco. Los monogramas IHS y XPS que aluden a Jesucristo, completan la decoración.






LA ARQUERÍA TAIFA (CARA NORTE)

En la galería norte del claustro se exhumaron tres arcos con lujosa decoración además de numerosos fragmentos de yesería que formaban un conjunto iconográfico único y excepcional. Su exquisitez hace pensar que fuera el acceso a un lujoso salón del soberano al-Ma´múm.

Los arcos son de herradura y hechos con ladrillo. Las caras externas están recubiertas con capas de mortero y yeso sobre las que implementaron figuras en relieve plano, modeladas y talladas, revestidas de policromía con la técnica al temple. Las líneas anatómicas se acentúan con negro, naranja y verde, pigmentos aplicados sobre una base de oro. Este material y  el lapislázuli utilizado para el fondo otorgan a la obra una soberbia belleza u suntuosidad.

Cada lado muestra imaginería diferente, pero siempre motivos repetitivos organizados con una simetría inversa. El repertorio decorativo se inspira en modelos anteriores orientales y sasánidas, siendo posteriormente ampliamente reproducidos en las artes suntuarias, sobre todo en eboraria y tejidos.

La cara norte de los arcos reproduce esfinges, íbices alados, arpías, leones y águilas, una fusión de animales reales y fantásticos que gozan de gran valor simbólico. El resto del panel está relleno de flores de loto, palmetas, pimientos y bellotas definidas por círculos incisos.



LA ARQUERÍA TAIFA (CARA SUR)

La cara sur de la arquería que sería visible desde los jardines palaciegos, se centra en la caza, se reproducen leones y águilas con alas explayadas apresando una gacela, y en el centro un jinete con halcón y un ojeador con lebrel; una escena de cetrería  en la que destacaron los árabes. Como en la cara norte, los fondos se rellenan con hojas, ambos frentes se rematan con una moldura semicircular y una banda de perlas pintadas. La unión de arcadas se realza con una hoja trilobulada encastrada en vidrios.

La decoración del intradós se fracciona en hexágonos con estrechas cintas pintadas en azul y rosetas amarillas que, concatenadas, reproducen una estrella de seis puntas. En los hexagramas se repten motivos zoomorfos: leones, arpías, cabras, y águilas con gacela, formando parejas afrontadas salvo el pavo real que se sitúa en los extremos. En este caso las figuras se insertan sobre vidrios planos recortados a partir de discos incoloros o con tonalidades verde azulado y violeta y dispuesto sobre capa de estaño reflectante. El destello de luz conseguido y las figuras representadas son un reflejo del imaginado paraíso. Su uso decorativo en la arquitectura tiene algunos paralelismos en Túnez y Egipto, siendo el único ejemplo existente en la Península Ibérica.








LA IGLESIA DE LAS COMENDADORAS DE SANTIAGO

El arquitecto Antón Egas dio las trazas de la iglesia en 1528 y en diez años el templo estaba concluido. Consta de una cabecera sencilla y una única nave con capillas que se remata en su extremo por el coro alto y el sotocoro. El proyecto original, según consta en antiguas descripciones, contaba con una armadura de lazo en la cabecera y con una estructura de par y nudillo sobre la nave, tal como era habitual en la tradición toledana. Entre los siglos XVII y XVIII se acometieron importantes obras barrocas que cambiaron por completo su aspecto interior, al construirse una cúpula sobre el presbiterio y una gran  bóveda de espejo sobre la nave. Deben recordarse las dos entradas con las que cuenta el edificio desde el exterior, la que comunica directamente con la iglesia desde la calle de las Armas, y la que abre al callejón de Santa Fe que da acceso al compás o patio interior del convento y desde allí a la iglesia y a las dependencias conventuales. Ambas portadas-retablo de carácter clasicista presentan sendos relieves con la iconografía de Santiago Matamoros. El de la portada de la calle de las Armas procede del hospital de Santiago que fue demolido en 1884 y desplaza el que aquí había a la fachada de Santa Fe.










CAPILLA DE BELÉN

El carácter sagrado del oratorio islámico de la Capilla de Belén continuó tras la conquista cristiana de 1085. Ello explica su conservación frente a las construcciones posteriores que la respetaron al amoldarse a su fábrica. El prestigio del lugar quedó refrendado al utilizarse como lugar de enterramientos privilegiados. En su lado de la Epístola, o derecho según se mira desde la puerta, fue enterrado en un sepulcro de yeso el infante D. Fernando Pérez, nieto de Fernando III que murió en 1242. Llama la atención la utilización de un arco de mocábares, decoración generalmente de yeso hecha de prismas yuxtapuestos y colgantes formando concavidades a modo de estalactitas en racimo,  en su decoración. Mocábares que aluden a la eternidad de Dios, lo que explica su utilización en ámbitos funerarios tal como aún se observa por ejemplo en la toledana iglesia de San Andrés. Frente a dicho sepulcro, en el lado del Evangelio de la capilla, se dispuso en 1615 el cuerpo incorrupto de Doña Sancha Alfonso, hermana de Fernando III, para lo cual fue necesario bula papal y permiso del rey Felipe III. Fue siempre deseo de las comendadoras santiaguistas trasladar el cuerpo de su protectora desde su casa madre de origen, el convento de Santa Eufemia de Cozuelos (Palencia), donde murió y fue enterrada en 1270 en olor de santidad. Hoy se encuentra su momia en el actual convento de las Comendadoras de Santiago.









LA QUBBA  ANDALUSÍ

La hoy llamada Capilla de Belén fue seguramente el oratorio del Alcázar islámico de Toledo. Tiene forma de qubba,  pequeño edificio cuadrado cubierto con una cúpula de nervios entrecruzados. En tres de sus fachadas se disponían puertas en forma de arco de herradura flanqueadas por otros dos arcos ciegos. Unas molduras cuadradas, llamadas alfiz, enmarcaban los tres arcos. Tenía un tejado a cuatro aguas sustentado por un alero de ladrillo.

En muchos aspectos esta capilla recuerda a la Mezquita de Bab al-Mardum, construida en el año 1000 en la misma ciudad de Toledo. La capilla de Belén es el único resto del palacio islámico que ha perdurado en pie hasta hoy gracias a su consagración como capilla poco después de la conquista cristiana, algo que se repitió en otros alcázares de al-Andalus.

Los soberanos disponían de pequeñas mezquitas de uso privado en sus residencias para hacer las oraciones diarias. Éstas se decoraban de forma tan suntuosa como el resto del plació al igual que se ve en la Aljafería de Zaragoza (siglo XI). El edificio fue transformado al convertirse en capilla puesto que se añadió un altar en el lado este, se tapiaron dos de sus puertas y se instalaron varios sepulcros.

LOS PALACIOS DE GALIANA Y LA ORDEN DE LOS CALATRAVOS

El palacio islámico de la ciudad debió convertirse en residencia palatina de los reyes cristianos hasta que en 1210 Alfonso VIII donó una parte a la Orden Calatrava. El documento de la donación conservado indica que cedió a la orden militar los llamados Palacios de Galiana, uno de los dos alcázares que los reyes tenían en Toledo (unum alcazar de duobus quos habeo in Toledo, domas, scilicet, que dicintur fuisse de Galiana). Los Calatravos dieron a este convento y priorato la advocación de Santa Fe. Aunque los cronistas toledanos del siglo XVI aludieron a la fundación de una capilla de Santa Fe por la reina Constanza, esposa de Alfonso VI, no hay constancia documental ni restos de ella. Es posible que se refieran a la hoy llamada Capilla de Belén, consagrada en algún momento entre 1085 y 1210 y usada como espacio de enterramiento.

Este convento tuvo un uso funerario desde muy temprano, como lo muestran los privilegios y documentos testamentarios dejados por los propios freires y por algunos ilustres toledanos.


EL PRIORATO DE LOS CABALLEROS DE CALATRAVA

Entre 1210 y 1491 la Orden de Calatrava establece en parte de los antiguos Palacios de Galiana el priorato de Santa Fe. Aunque su presencia en la ciudad puede datarse desde finales del siglo XII, el priorato logra tener gracias el rey Alfonso VIII un lugar de asistencia espiritual y de enterramiento de enorme importancia junto a los palacios reales y a la ceca o Casa de la Moneda. El nombre de Santa Fe alude a una advocación francés de tiempos de Alfonso VI, seguramente debido al origen francés de su mujer Constanza de Borgoña y de Bernardo de Sedirac, primer arzobispo de Toledo tras 1085, quien llegó del monasterio cluniacense de Sahagún, donde fue Abad. Se conserva de dicho periodo el ábside de los Calatravos del siglo XIII, así como el espacio de enterramientos que se ubica en su lado norte junto a la Capilla de Belén. En 1494 los Reyes Católicos mandan trasladar a los freires calatravos a la Sinagoga del Tránsito, donde instituyen el priorato de San Benito de Toledo.


LA ORDEN DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE NUESTRA SEÑORA Y SANTA BEATRIZ DE SILVA

Beatriz de Silva, tras haber profesado en el monasterio cisterciense de Santo Domingo el Antiguo de Toledo, y siempre gracias al apoyo de Isabel La Católica, inicia en 1484, en este convento donde nos encontramos, la compleja creación de la nueva orden de la Concepción Francisca. Tras estar sujeta en un principio a la obediencia de la regla cisterciense de San Bernardo, la nueva orden lograría vincularse a la de Santa Clara gracias a la bula <<Ex supernae providentia>> otorgada por el papa Alejandro VI en 1494, solo dos años después de la muerte de la fundadora. Será en 1511 con la bula <<Ad statum properum>> dada por Julio II cuando la nueva orden culmine su proceso fundacional al conseguir su propia regla. La Orden de la Concepción Francisca, defensora de la inmaculada concepción de la Virgen, estuvo poco tiempo en este edificio. Fue trasladada a principios del siglo XVI a su ubicación actual, al cercano convento de monjes franciscanos, una vez que se marchan a la nueva fundación de San Juan de los Reyes. A principios del siglo XVI la orden empezó su expansión y así otra mujer vinculada a la reina Isabel, Beatriz Galindo conocida como <<La Latina>>, fundó un convento en el centro de Madrid


LA CAPILLA DE SANTA FE

Constituye la obra más importante de las acometidas por los caballeros de la orden de Calatrava en el convento de Santa Fe. Gracias a la documentación sabemos que se estaba construyendo entre 1253 y 1266. Se compone de un ábside poligonal con contrafuertes al exterior y semicircular al interior. Le precede únicamente un estrecho tramo rectangular que evidencia que el proyecto quedó inconcluso.

La capilla, sin paralelo en la ciudad de Toledo, se compone de tres cuerpos. Uno inferior de mampostería sobre el que se dispone dos cuerpos de ladrillo. El inferior de mayor dimensión se articula mediante grandes arcos apuntados, y el superior que remata todo el edificio presenta un friso de arcos de herradura entrecruzados sobre pilastrillas que recuerda al que presenta la etapa islámica de la ermita del Cristo de la Luz. El ábside se cubre con una bóveda de horno o de cuarto de esfera. Salvo algún mínimo resto conservado de decoración pictórica, de celosías en las tres grandes ventanas, o de yeserías con motivos vegetales, llama la atención la desnudez de los parámetros de ladrillo. Fue habitual que en origen dichos parámetros estuvieran en lucidos y pintados, tal como se observa en la ermita del Cristo de la Luz o en la iglesia de San Román

















LAS COMENDADORAS DE LA ORDEN DE SANTIAGO

En 1186 durante el reinado de Alfonso VIII se fundó en el monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos (Palencia) la rama femenina de la orden militar de Santiago con el nombre de las Comendadoras de Santiago. En 1502, durante las reformas emprendidas en el monacato por parte de los Reyes católicos, se trasladaron al toledano convento de Santa Fe y aquí estuvieron durante varios siglos. Las <<Caballeras>> de Santiago, tal como fueron popularmente conocidas, aunque conservaron importantes testimonios arquitectónicos de los monjes calatravos y de las concepcionistas que les precedieron en el convento, reestructuraron el edificio en su conjunto y acometieron muy importantes obras en los siglos XVI y XVIII,. A dicho periodo pertenecen el claustro conventual de dos plantas con sus galerías de ladrillo, la gran escalera de su ángulo noroccidental y la iglesia de Santiago. En 1935 las comendadoras se trasladan al claustro de la Mona, que pertenecía al monasterio  de Santo Domingo el Real, donde crean el convento de Santiago Apóstol que aún hoy pervive.

ISABEL LA CATÓLICA

Reina de Castilla y león entre 1474 y 1504, hizo de la ciudad de Toledo el corazón de su reinado. En ella además de celebrarse las famosas cortes de 1480 que marcaron su reinado, llevo a cabo una intensa política de reforma y fundación de conventos, entre los que destaca la creación del monasterio de San Juan de los Reyes en 1476.

SANCHA ALFONSO

La venerable doña Sancha Alfonso, hija de Alfonso IX de León y hermana de Fernando III, fue protectora de las Comendadoras de la orden de Santiago. Su cuerpo incorrupto fue trasladado desde su casa madre de origen, el convento de Santa Eufemia de Cozuelos (Palencia), donde murió y fue enterrada en 1270, al convento de Santa Fe. Hoy se encuentra su cuerpo en el actual convento de las Comendadoras de Santiago.


























Nota. Toda la documentación expuesta en este trabajo proviene de la información recogida en dicho museo,


COMPLEJO MONUMENTAL DE SANTA FE TOLEDO por ÁNGEL SOTOMAYOR RODRÍGUEZ tiene la licencia Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional

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